Cuánto podemos aprender en un par de días...
Una de las tantas cosas que aprendí esta semana es acerca de nuestro testimonio como cristianos. Bien sabido es que debemos tratar de ser reflejo de Dios en la tierra, y extender su palabra a todo lugar. Pero a veces hay cosas tan mínimas que arruinan nuestro testimonio...
Hace un par de años tomé para mi vida un principio que dice "Predica, predica... y si es necesario, habla". Pero creo que faltaba un detalle en ese principio. Si bien se refiere a que debes predicar con tus actos, y no con tu boca, no es clara en la forma de actuar que sugiere.
Un buen testimonio provoca en otros ese deseo de decir: Yo quiero lo que tú tienes. Yo quiero conocer a ese Dios que llena tu vida.
Y cuán deseable será nuestra vida si en nuestra universidad, o en nuestro hogar no cumplimos con todos nuestros deberes?
Cuán deseable es la vida de alguien que estudia a última hora para un examen... que no ordena su cuarto cuando se le demanda, que llega tarde a todos lados?
Errores que se cometen muy a menudo cuando eres adolescente... y que yo he cometido muchas veces, sin haberlo considerado con seriedad...
domingo, 30 de mayo de 2010
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