lunes, 30 de agosto de 2010

Me agregas o te agrego?

"¿Tienes e-mail?" o "¿Tienes facebook?"  son preguntas que ya no se hacen.
Como que damos por sentado que todos tenemos e-mail y tenemos facebook. Simplemente decimos Agrégame! o para los que les cuesta pedirlo de frentón, esperan llegar a la casa y se lanzan en picada a la pc. Comienza la búsqueda por esa persona que acabas de conocer. Y pruebas diferentes combinaciones si no resulta a la primera, pero dentro hay algo que nos dice: Ya lo encontrarás! Tiene que estar!

Y si por esas cosas de la vida.. resulta que no tiene facebook, o no lo encontramos, nos frustramos.
"¡¿Cómo es posible que no tenga facebook?!" 
Son unos desconsiderados verdad? [...] Hahaha  Parece ser que si no existimos en la net.. derechamente no existimos.
"¿T gustan mis (H) ? es k el (#) está super fuerte.
Nos vemos en el (M). Chau (F)(K)"

domingo, 29 de agosto de 2010

A través de nosotros


"Me tomaría una piña colada..."
Muchas veces pedimos a Dios que nos ayude en alguna labor, o que haga algo por nosotros. No está mal, la Palabra dice que si pedimos se nos dará, si buscamos hallaremos, y si llamamos se nos abrirá.


Ahora bien, hay algo que puede sonar un tanto evidente, y lo sabemos en teoría, pero suele olvidarse en la prácticaPara que Dios actúe, somos nosotros los que debemos dar el primer paso. Poner la materia prima.

No todo puede llegar a nosotros o aparecer por arte de magia. Recordemos que para convertir el agua en vino, las tinajas no podían estar vacías. Para curar al ciego, tomó lo que estaba más mano, barro y saliva.

No podemos pedir a Dios que nos vaya bien en un examen para el cual no hemos estudiado, que hagamos bien un trabajo para el que no nos hemos preparado, que nos den un empleo si no salimos a buscarlo, ser el mejor en algo si no practicamos...

No he dicho que no existen los milagros. Al contrario, por su claro que yes!! Sí existen. Pero para sanar a un enfermo, hay dos caminos... El médico que lo sana con cirugías o tratamientos químico-farmacéuticos... o aquel que realiza imposición de manos sobre el enfermo y las constantes oraciones de quienes le conocen.

En ambos casos... hay esfuerzo, hay trabajo, hay preocupación y dedicación. Una búsqueda constante de la sanación.

Dios está con nosotros y en cada uno de los que creemos en Él. Pero no vendrá a hacer todo por nosotros. No tomará nuestro lugar en las tareas que debemos realizar, frente a los problemas que debemos solucionar, no actuará por nosotros... sino a través de nosotros. Cuando el hombre trabaja, es Dios quien trabaja, lo hacemos con sus fuerzas, con las que él nos entrega. 
"Señor, Ojala pesque 20 peces más que mi hermano."
Debemos entregarle nuestros problemas y nuestras aflicciones... pero debemos parar de entregarle nuestras obligaciones. Él moverá todo para que podamos salir victoriosos. Pero no podremos triunfar si nos quedamos en casa y no vamos al campo de batalla. Nos dio la capacidad de crear herramientas y de usarlas, de pensar, de planear, de imaginar, de proyectar y de resolver. Debemos aprender a vivir. Depender de Él, de su amor y de sus bendiciones no significa servirnos de Él y recostarnos mientras todo es derramado ante nuestros pies. Sino, saber que es gracias a Él que podemos superarnos cada día, y que nos ayuda en todo, y nos acompaña en todo, es saber que sin su compañía nos perderíamos y tomaríamos caminos equivocados, que sin su amor no podríamos amar, que sin sus fuerzas no podríamos luchar, que sin su paz viviríamos angustiados, que sin su gozo no podríamos ser felices, que sin su misericordia de nada valdrían nuestros esfuerzos, pues nada conseguiríamos, y que sin su soplo de vida no estaríamos... No seríamos.

viernes, 20 de agosto de 2010

¿Por qué confesarnos?

Hay personas que se preguntan "por qué debemos confesarnos con otra persona, si todos son igual de pecadores (o más)???".

En la iglesia católica debes confesarte antes de recibir un sacramento, o de comulgar. En otras iglesias existe el discipulado en que las áreas débiles son tratadas. Y en otras un poco más estrictas tu pecado no solo debe ser confesado sino que además es castigado por las autoridades de la congregación.

Sin caer en un análisis exhaustivo de cada una de las religiones, corrientes o creencias y la tentadora comparación, me centraré en la pregunta planteada al comienzo.
¿Por qué debemos confesarnos?

He oído y leído diversas opiniones y pensamientos al respecto. Algunas de estas lineas de pensamiento son:
- Es ridículo confesarse "y pedir perdón" ante alguien que puede ser tanto o más pecador.
- La biblia nos dice que debemos orar a Dios y pedirle perdón a él porque sólo él puede perdonarnos.
- A nadie más que a Dios le importa lo que yo haga o no haga.
- No tengo que confesarme con cualquiera. Solo los apóstoles, obispos, sacerdotes, (etc) están capacitados.

Siempre defiendo la libertad de pensamiento, pero personalmente, difiero de esas ideas.
Estas son algunas de las razones en las que radica la importancia de la confesión de forma habitual.

La biblía lo dice.

La biblia   nos dice que debemos confesarnos. Confesar nuestros pecados o nuestras malas obras no es una opción, sino una demanda. Como cristianos no tenemos elección, y es cierto que a veces puede darnos vergüenza. Pero esto es señal de que estamos realmente arrepentidos. Si somos indiferentes a nuestro pecado, impide el arrepentimiento, y sin arrepentimiento no hay perdón. Debemos preocuparnos por lo que hacemos y no llevar una vida de "da lo mismo" o poniendo parches en las heridas sin buscar cómo sanarlas.

No hablar te enferma.

Mientras mas nos demoremos en confesar mas nos enfermamos. El ser humano tiene una increible necesidad de hablar, de contar, de decir, de exteriorizar lo que ocurre en su interior, es por eso que nos resulta mucho más "extraño" una persona muy callada a una persona chismosa.
Cuando estás en una reunión de amigos, no te extraña que llegue alguien a contarte lo que le pasa, o lo que pasó con "ese de allá". Muchas veces así nacen temas de conversación, y a veces confundimos el chisme con el "solo estábamos haciendo un comentario, somos libres de decir lo que pensamos". Sin embargo, cuando hay alguien muy callado, intentas buscar un tema en común, algo que lo haga hablar, y si habla poco se le cataloga de antipático, soberbio, fome... Si un amigo no te cuenta todo lo que le pasa: "Es que no me tienes confianza".

Y no solo buscamos que el otro nos cuente de su vida, también necesitamos ser oidos, contar aquello que tenemos dentro y no nos deja dormir. Por eso existen los blogs, por eso existen los foros, e incluso hay páginas dedicadas a confesar secretos... que generalmente suelen ser vivencias que no son fáciles de decir en persona, pero que nos ahogan y nos dan vuelta en la cabeza hasta que podemos decirlas. 

Solo te quitas el peso cuando la dices y las entregas. Hay personas que tienden a guardar todo. No solo lo que han hecho, sino también lo que sienten y lo que piensan. Finalmente están proclives a caer en depresión, sufrir cuadros de estrés o encontrarse frustrados e impotentes. Es importante recordar la relación mente-cuerpo, una mala higiene mental puede hacernos somatizar, y al final nos vemos peor.

No estamos solos.

Hablar con otra persona sobre eso que te molesta y que termina por afligirte, permite recibir del otro ánimo y fortaleza. También llamado "apoyo moral", es necesario para un ser social, verse apoyado por su entorno. Quizá tengamos la sensación de que confesarnos equivale a ser juzgados. No es así, y si ocurre es por error, por una mala perspectiva. Sin embargo necesitamos que alguien nos de dirección. De la misma forma, sin ser santos, podemos apoyar a quien viene a contarnos lo que ocurre en su vida. Todos fallamos, pero no todos fallamos en el mismo lugar, eso nos permite ayudarnos. Ser seres sociales también implica pedirnos perdón unos con otros sobre los actos que dañan directamente la integridad de nuestros cercanos. Así también, existe en nosotros poder de perdonar las ofensas de otros, acto tremendamente necesario, pues cada cosa que no perdones, mantendrá la herida abierta, y permanecerán estancados en ese momento.

Perdemos objetividad cuando lo hacemos a solas.

Fuertemente ligado al punto anterior existe la necesidad de perspectiva. Contrario a la idea de confesar todo en lo secreto, es que cuando estamos solos no podemos realmente identificar (todo el tiempo) dónde estamos fallando. Quizá podamos darnos cuenta de algunos elementos que parecen evidentes, mas existen pequeños elementos que podemos no ver. Es ahí donde entra en juego el otro. Podemos recibir dirección, ver las cosas desde otro punto de vista, darnos cuenta de que no todo es tan malo como pensábamos, y encontrar descanso, o que no todo va tan bien, y que podemos hacerlo mejor. Sin duda nos ayuda a crecer.
Aquí algunas frases que quisiera compartir:
* Si doliese el alma como nos duele el cuerpo, habría largas colas en los confesonarios.
* Si confesando el mal volvemos a caer, sin confesarnos nunca nos levantaríamos.
* Si hay pecadores insensibles al perdón es porque nadie les abrazó con amor en su vida.


*Algunos elementos clave han sido desarrollados a partir de referencias externas. Blogs, revistas, y publicaciones ministeriales son algunas de las fuentes principales.

sábado, 7 de agosto de 2010

Ayudar...

Luego de publicar la entrada de ayer, me quedé pensando...
Hace un par de meses tuve que hacer un diseño de investigación para la universidad. Nuestro tema fue el voluntariado de bomberos y algunos de los factores que pueden influir en las conductas de ayuda con alto costo (arriesgando la vida).
Sin llegar a esos extremos, una de las teorías propone que al ver a otro en un problema, o en condiciones de aflicción, aplica en nosotros la simpatía, sintiéndonos así partícipes del dolor ajeno y percibiéndolo de forma casi vívida. Luego, calmar su dolor, desencadena en un alivio personal. Podríamos decir entonces, según esto, que ayudar no es precisamente una conducta altruista -aunque sí prosocial - ni es necesario ser un filántropo empedernido. De hecho, se acerca al egoísmo, y nace de nuestras propias necesidades e intereses.

Aún así, ocurre... Y gracias a (este tipo de) conductas egoístas, somos capaces de vivir de forma adaptada en sociedad. Contrario al egoísmo que es capaz de arrasar con la integridad de terceras personas con tal de satisfacer nuestros íntimos deseos. Una vez más estamos frente a esa linea delgada que separa lo bueno de lo malo, lo correcto de lo incorrecto, la osadía admirable de la estupidez poco precavida, un hábito interesante de una obsesión preocupante.

viernes, 6 de agosto de 2010

En el micro.

Premisa: No acostumbro (ni me gusta) mucho, redactar textos muy largos, pero esta vez no pude hacer nada.
Esto me pasó hace dos días atrás. (Martes 3 de Agosto)
Iba en el micro.. sentado en el penúltimo asiento del costado izquierdo. Atrás, en la última fila de asientos, sentado en el que da directo al pasillo, un anciano. Frente a él, una caminadora cargada con una mochila y un par de bolsas.
Lo miré de reojo cuando subí y sin notar la caminadora creé en mi mente la imagen de un borrachito con un carro de feria y "cosas"... Nada importante... Nada agradable....

Como siempre, iba absorto mirando por la ventana cuanto se cruzara en mi campo visual.
Tras unos diez o quince minutos de viaje, escucho unos balbuceos poco comprensibles detrás de mi.
- El caballero - pensé - Me está hablando a mi. ¿Qué hago? ¿Debo mirar? Quizá está hablando por teléfono.
Los balbuceos continuaban. Después de dos o tres intentos, comenzó a dar suaves golpeteos en el asiento contiguo a mi.
- Sí, definitivamente me está hablando a mi - concluí. Así que di la vuelta para ver qué necesitaba.
Entre palabras cortadas, claros esfuerzos motrices, un escaso control de sus movimientos corporales, y una mala pronunciación, logro entender que me pide ayuda para bajar del micro porque es necesario bajar la caminadora "de punta" hacia la puerta y él no posee ni la fuerza ni el espacio suficiente para hacerlo solo.
- Me equivoqué. Es solo un ancianito. - Sin pensar más, me puse de pie velozmente para ayudarle, pero me detuvo diciendo que aún no era el momento. Después de esa intervención tuve tiempo de poner atención en mí. Pude reconocer una sensación de culpabilidad por haber juzgado precoz, torpe y equívocamente. Tras eso, fui conmovido: Pobrecito, debo ayudarlo. - Pensé en mi abuela, y su silla de ruedas.
Fue un largo trámite y requirió de esfuerzo, pero finalmente entendí la ubicación de su destino.
- Uribe con Matta, antes de que siga hacia el sur.
- Aaah!! Listo! Ya entendí. Pucha, pero yo me bajo muy cerca de acá. - E.M. estaba de cumpleaños, y tenía que pasar a la casa de M.S. para irnos juntos a la fiesta. Me pidió que fuera a buscarla un poco más tarde de lo presupuestado, así que ya estábamos atrasados.
- Bueno, no importa. Yo allá le pido a otra persona que me ayude a bajar.
Nuevamente fui conmovido. Soy yo el que debe ayudarlo. Imaginaba en su mirada dulce a Cristo diciéndome: Nicson, yo he sido fiel contigo, solo necesito un poco de ayuda, se fiel conmigo. Cuántas veces hemos de pedir ayuda en nuestra vida. Por qué no darla cuando alguien realmente la necesita. [1]
Aun con una sensación de responsabilidad y a contrareloj (mi bajada estaba cada vez más cerca) me acerqué a un chico un asiento más adelante que había subido hace dos calles.
- Disculpa, tú bajas más allá del centro, ¿verdad? 
- Sí, ¿Por qué? - noté incomodidad y un poco de susto en su mirada.
- ¿Podrías ayudar a este señor a bajarse del micro en Uribe con Matta?
- Ah! - lo miró con desagrado - Pero es que no me sé bien las calles.
- Mira es.. [...] - le di indicaciones sobre la ubicación - De todas formas, él te puede indicar cuando lleguen.
- Ah! Ya, pero es que mira, ando con todas estas cosas. - Me mostró algunas prendas que levaba sobre sus manos. Parecían ser partes de un traje de huaso, pero no estoy seguro.
- Entonces... ¿No? - insistí, pensando que lo reconsideraría.
- Pero es que tengo todo esto - Refutó nuevamente.
- Bueno, no te preocupes, gracias.
Me quedé mirando al vacío pensando en qué hacer.
- No importa, vamos, yo lo ayudo [2]- dije finalmente al anciano. Estaba a una calle de mi bajada, y asumí que mis amigas comprenderían. 
- ¿Y después tendrás que devolverte caminando?
- Sí, pero no importa, no es tanto.
- No, no te preocupes. Le diré a alguien más.
- No, vamos. No es problema.
- Gracias.
Tomé mi decisión [3] y contrario a lo que esperaba... la tensión disminuyó. Reforzó mi convicción cuando me contó que había estado desde las 11 de la mañana esperando que un bus lo dejara subir (cuando me subí yo, ya eran las 5 de la tarde).
De forma inesperada, dos calles después, se sube E.A.  (un amigo de mi congregación). Nos saludamos con la alegría de siempre. Y tras un rápido intercambio de palabras, acordamos que sería él quien lo ayudaría, ya que su bajada era mucho más hacia el sur.
Los tres sonreímos con simpatía, y pude ir a mi destino.

Probablemente esté equivocado, pero si me preguntan, creo que todo lo que necesitaba era tomar la decisión, y poner la necesidad de otro, antes de mis intereses - no sé si egoistas pero... - personales.
Dios puede ponernos a prueba en todo. Solo hace falta abrir los ojos, atender al oido, y estar dispuesto.
Me sentí feliz de ser probado una vez más, y creo firmemente que si no pude tomar un bus más temprano (como estaba planeado), y la persona a la que recurrí como "relevo" se negó a hacerlo... Yo tenía que estar en ese lugar, y la llegada de mi amigo, fue un regalo, y una nueva muestra de la fidelidad de Dios.[4]


[1] El que cierra su oido al clamor del pobre, también él clamará y no será oido. (Pr. 21:13)
[2] ...Amarás a tu prójimo como a ti mismo. (Lc. 10:27) (¿Quién es mi prójimo?)
[3]...Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos. (Jn. 8:31)
[4] Conoce pues, que tu Señor es Dios,  Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones. (Dt. 7:9 )

lunes, 2 de agosto de 2010

Virtud o Defecto?

Toda virtud llevada al extremo se convierte en un defecto.

domingo, 1 de agosto de 2010

Valentía


“La valentía no consiste en la ausencia de miedo, sino más bien el buen juicio de que algo sea más importante que el miedo"

 Ambrose Redmoon

 
Licencia de Creative Commons
This obra by http://aking-mahal.blogspot.com/ is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.