He creado, mantenido, eliminado, reabierto, aburrido y cerrado nuevamente muchas cuentas en diversas páginas y redes sociales durante los últimos 10 años.
Muchas veces me han preguntado: Para qué tienes un blog?
en otras me dicen: Aun existen?
en ocasiones de plano preguntan: Qué es un blog? (es aquí cuando se me cae un poco el carnet con las nuevas generaciones... No es que sea un viejo, pero haber nacido antes o después del 95 marca una gran diferencia)
Esas preguntas son más o menos fáciles de responder. La que se me complica un poco más es:
¿Por qué no lo cierras?
A veces pienso que sería bueno cerrarlo... saber que sigue abierto genera en mi un poco la sensación de que "debo" escribir, y mantenerlo actualizado. Parece ser lo lógico... con 16 17 seguidores públicos (después de publicar me di cuenta que se sumó alguien más) no es que sea el blog más exitoso del mundo, pero saber que el número de visitas es mayor me da una luz de esperanza. Luz que claro comienza a diluirse cuando recibo 80 visitas en un día y ni un solo comentario. En esos momentos me cuestiono qué tan lógico resulta ahora.
Hacer un monólogo es grato y motivador dependiendo de la situación. Y dependiendo de qué es lo que realmente se espera como respuesta a ese monólogo.
Sin duda me gustaría saber qué piensan de lo que escribo... qué tan aburrido puede resultar, y qué tipo de cosas podría ofrecer para cambiar eso. Pero jamás olvidando por qué decidí abrir un blog:
Tener un lugar donde registrar mis ideas y pensamientos, abiertos públicamente, dejando entrever que mis días son movidos de la mano de un Dios poderoso.
Escribir lo que pasa por mi mente, y poder hablarle a un lector sin la necesidad de armar una prédica, una cátedra o una clase estructurada. Es el blog de un cristiano.. Pero no es un "blog cristiano". No hay prédicas ni devocionales ni estudios bíblicos. Para eso tengo mis reuniones cada semana donde puedo entregar palabra al grupo del que Dios me ha hecho responsable.
Me alegra saber que tengo poco tiempo para sentarme a escribir un post, porque ocupo mucho tiempo del día viviendo una vida dinámica y con mucho movimiento. Tantos quehaceres y responsabilidades, que son parte del trato de vida en el que Dios me entrega más y más, y demanda más de mi cada día.
Supongo que no cierro el blog porque sé que aunque no reciba comentarios, o no supere las 100 visitas diarias... Hay un lugar donde mis pensamientos permanecen.. tienen un espacio.. y puedo acercarme a ellos cuando quiera. Porque escribir me permite responder mis propias interrogantes al dejar que mis dedos se deslicen por las teclas sin pensar realmente en un texto pauteado, sino dejando fluir aquello que guardo.
No se trata de cómo lo diga, quién lo lea, o qué me respondan... se trata de expresar, y si de paso alguien se tropieza con una de mis entradas y le sirve de algo, doblemente bueno, aunque yo jamás me entere.
Si leiste esto hasta el final, doy gracias a Dios porque significa que tu tiempo no te tiene hasta el cuello, y te sobraron unos minutos para enterarte de algo que probablemente no te sirvió de nada, pero que agradezco sinceramente. Vive tu vida con calma y sigue tomándote un minuto cada día para detenerte a oler las rosas, o sentarte a sentir la brisa del viento.... o a leer un blog, un buen libro, o simplemente descansar...
... y hacer nada.