Aun el necio puede vivir sobre convicciones, sobre una roca... No se trata de cuan firme sea, sino de su origen, su composición, su naturaleza.
Fundamenta tu vida, tus decisiones, tu casa, sobre la roca de Dios. No busques la más grande, la que a todos les gusta, la que parece resistente... La que aparenta mucho ante los demás. Busca la roca real, aquella que te dará firmeza siempre. Y aunque sea difícil encontrarla, o permanecer en ella, anímate a ser valiente. Decídete... y hazlo.
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