¿Y Si desapareciéramos?

Hoy escuché una canción secular que dejó marcando algo en mi mente... Una canción de Mago de Oz que comenzaba con una breve reflexión sobre las hormigas y los humanos.

Hay científicos que postulan que la biomasa de las hormigas es similar a la de la raza humana, es decir, el peso de estos insectos sobre la tierra es equivalente al peso de los seres humanos.

Ahora bien, eso no pasa de ser un dato curioso. Sin embargo lo que realmente es cuestionable es qué pasaría si una de las dos especies desapareciera de la faz de la Tierra.

Si desaparecieran las hormigas se produciría un fenómeno ecológico caótico que atentaría contra el equilibrio de la naturaleza en todo el planeta. Sin embargo, si quien desapareciera fuera el ser humano, no pasaría nada (al menos nada malo).

El ser humano realmente no tiene mucho que entregar al medioambiente. Toda acción pro-ambiental no hace más que contrarrestar todo el mal que hacemos. Somos consumidores. Devoramos todo de lo que disponemos, y nadie nos consume a nosotros.

Después de todo esto solo queda preguntarse: ¿Cómo es que hay un Dios que vela por mi? ¿ Qué importancia podemos tener nosotros para El? ¿Por qué hay tantos privilegios para una especie que no entrega?

Su amor es incondicional y eterno. No somos dignos de él, somos merecedores tan solo por ser su creación. Entonces, ¿Qué nos queda? ¿Qué podemos hacer?

Solo hacer de nuestra vida un acto de entrega, de amor. Valorar lo que por gracia hemos recibido y que no merecemos, ni nos hemos ganado por mérito alguno.