Siempre he sido consciente (y todos se han encargado de recordármelo) de que tengo tendencias narcisistas, he caído en conductas tildadas de egolatrías, y he llegado a ser dominado por el orgullo.
Son áreas que han sido trabajadas en mi y las que he podido mantener bajo control y que actualmente no se comparan a cómo era antes.
Sin embargo, y considerando los antecedentes, siempre he tenido miedo a verme en una posición de superioridad jerárquica, aunque sea sobre una persona, pues temo a actuar por aparentar, por el cargo y no por lo que realmente debería moverme. El servicio, el amor, ser de utilidad a otros, poner mis capacidades a disposición.
Pero alguien muy sabio me dijo que no es sensato huir de esas posiciones. Si Dios nos quiere en un cargo elevado, hay que aprender a aceptarlo con humildad, y trabajar constantemente para no caer en afanes y vanagloria.
Pero si estoy constantemente rehusando las posibilidades... No podré superar lo que me detiene, y viviré a final de cuentas resignado y eventualmente frustrado.
Aprendamos a salir victoriosos sobre lo que nuestras debilidades, y hagamos de ellas nuestras fortalezas.
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